domingo, 30 de junio de 2013

Entrada Obligada

Sí, como podrán leer en el título, ésta entrada es por obligación. Verán, éste último tiempo estuve desvariando, y perdiéndome un poco en mí. Uno de los motivos fue el miedo, y si bien sigo teniendo demasiado, llegué a la conclusión de que ésto no puede NI DEBE seguir así (por mi propio futuro).
Si bien sabrán de antemano dos cosas demasiado obvias (pero no por eso nimias) sobre las cuales voy a escribir en esta entrada, necesito hacerlo en conexión a mi vida. (Si les resulta tedioso, bon voyage).
A veces sólo basta un año para darnos cuenta de la realidad... Sí, lo sé, es demasiado tiempo (¿en verdad lo es?), pero a veces se necesita justamente éso: tiempo para comprender cómo son las cosas..., y en mi caso con un año basta. Pero no puedo evitar reconocer que para mí dicho lapso marcó muchas más cosas; como, por ejemplo: superar (bueno, no del todo). Entender que nada va a volver a ser como lo era antes (puede ser mejor en todo caso, pero no va a repetirse la historia). Entender que una sonrisa (una como la que tengo ahora grabada en mi cara) puede sanar cualquier herida; puede darme esperanzas, puede ser un buen motivo para volver a empezar (para volver a luchar). Darme cuenta de que cada parte de rencor que sentía por él de repente se esfumó...
Sí tuvo que pasar un año, y tuvieron que cambiar las cosas para que pueda estar acá, ¿escribiendo ésta entrada? ¿para eso tuvo que pasar un puto año?  Juro que muchas veces me lamento por haber seguido adelante. Si por mí dependiese volvería el tiempo atrás, sólo con la intención de volver a vivirlo..., pero después, después siento ésto que siento hoy, y me doy cuenta que a veces tienen que pasar cosas, y un largo período para reecontrar la fe y algunos que otro sueños que parecían perdidos. 
A veces hay que dejar pasar un año para reencontrarnos a nosotros mismos. 
Un beso y adiós.

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